Desde el momento en que inició su
gestión como gobernador, César Alejandro Pérez Vivas se entregó de lleno a su labor con auténtico amor y fervor por
Venezuela y por su tierra natal para emprender sin descanso la labor
reorganizadora del Estado Táchira en todos sus órdenes.
Con la llegada de Pérez Vivas a
la gobernación del Táchira se puso punto final a la presencia de un estilo de
gobierno ajeno a los intereses del estado, con un desconocimiento de los
anhelos populares, de la idiosincrasia tachirense y a espaldas de las
necesidades de esa importante región andina, rayana en el menosprecio.
Con sin igual cinismo, el
gobernador socialista admitía que no le interesaba el cargo para el que había
sido electo y que si se había mantenido en esa función era porque el jefe de la
revolución, su compadre, no tenía a quien mandar y le exigía su postulación.
Como era de esperarse, más temprano que tarde vino el gran desengaño del pueblo
tachirense.
Con el triunfo clamoroso de Pérez
Vivas, tal y como ha ocurrido en otras regiones del país donde dirigentes
democráticos derrotaron al proyecto de pretensiones hegemónicas y totalitarias
de Hugo Chávez, el gobierno nacional aceptó a regañadientes ese mandato de la
voluntad popular, pero acto seguido se dedicó a una demencial labor de obstrucción,
de cerco económico, de aislamiento a la población tachirense, castigándola por
su apoyo a quienes representan la garantía de la vigencia de la democracia y
las posibilidades del progreso y el desarrollo sustentables.
Así, el cuerpo policial estadal
fue despojado de su armamento; los recursos han sido represados a o cuando
menos se le ha entregado una suma inferior a los que les corresponde por el
situado nacional; se han centralizado las labores de atención a la salud y a
las infraestructura vial, que hoy exhiben los estragos de esa concentración de
funciones ejercidas con la mayor ineptitud y la corrupción. A la propia gobernación se le arrebató su
edificio sede. El pueblo ha sido la única víctima de esa conducta
antinacionalista.
Contra todas las adversidades, inclusos
las más ingratas e inesperadas, Pérez
Vivas se ha mantenido ejerciendo con firmeza, eficiencia y responsabilidad sus
funciones, ha enfrentado con prontitud todas las contingencias que la
naturaleza o los adversarios políticos le han puesto por delante. Y esa labora
la ha desarrollado con denodada entrega, vocación de servicio y sensibilidad
social hacia los más humildes, sector donde justamente hoy el jefe del
Ejecutivo Regional tiene la mayor base de apoyo popular, lo cual lo mantiene holgadamente
en el primer lugar de las preferencias para ser reelecto a la Gobernación del
Táchira.
Así habrá de ser por voluntad de sus coterráneos, por la decisión soberana del pueblo libertario y democrático del Estado Táchira, que mejor conoce su trayectoria impecable de varias décadas como luchador y servidor democrático.
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